En el segundo piso del MAQRO (Museo de arte de Querétaro), manteniendo mi bolso pegado al cuerpo y calculando cada paso, recorrí tres salas con decenas de pares de ojos sobre mi. Aquellos ojos pertenecían no sólo a humanos, sino también a sirenas y animales moldeados en barro rojo de baja temperatura en forma de esculturas, jarrones y portavelas.

Foto: Fernanda Pérez
La exposición “Memorias de Barro”, del maestro José García Antonio, presenta una serie de obras además de un ensayo fotográfico y un documental que permite un vistazo a la filosofía del maestro.
Después de un glaucoma que lo llevó a la ceguera, el maestro relata cómo se le opacó la vista, las ventanas del alma. Sin embargo, no se apagó su vida. Continuó con su trabajo, dependiendo únicamente de sus manos y esculpiendo la parte principal de sus obras para que su esposa Reina Teresita de vida a las esculturas con los detalles finales.
Con una sonrisa y una voz con tono poético, el maestro describe cómo ha aprendido a valorar la vida, como cada día viene con una lección. Su amor por la vida se traduce en esculturas inspiradas en él y su esposa las cuales tienen elementos característicos de los dos: las figuras femeninas cuentan con el lunar que Reina Teresita tiene en la frente y las figuras masculinas portan el bigote del maestro.
El MAQRO albergó las obras del maestro José García Antonio y Reina Teresita hasta el 17 de agosto pero se pueden encontrar en diferentes partes de México y del mundo. El Sábado pasado, recorriendo la ciudad de México me crucé con una sirena en El Bazaar Sábado.




