Esto me llevó a reflexionar sobre el tema desde diferentes ángulos. Primero me hizo cuestionarme la pregunta, ¿Desde qué lugar viene y a quién está dirigida?, ¿Quiénes la replican? y, ¿A qué dinámicas responde?, para después abordar las cuestiones filosóficas que engloba ese debate.

El lugar del que viene la pregunta le da una legitimación que nos hace voltearla a ver, podría incluso llegar a interpretarse como una invitación a alinearse a su pensamiento, como si de una tendencia de temporada sobre los pantalones low rise se tratara. Así, hemos visto a muchas influencers femeninas involucradas en relaciones, manteniéndolas en bajo perfil en redes, generando contenido en donde sus relaciones figuran poquitísimo, insertándose en una “soltería performativa”, lo que Lacan menciona como “el deseo del hombre es el deseo del Otro”, es decir, la soltería se ha convertido en un deseo social en la mirada del “Otro” en redes, inserta en la tendencia y los requerimientos sociales, un deseo que nunca es individual o de libre elección, sino que responde a una estructura simbólica impuesta por los medios y los discursos de supuesta autoridad. Con ello, la soltería performativa funciona como una estrategia de mercado para poder vender contenido.

En 2025 la soltería es la marca más vendida. Una mujer soltera es un producto rentable para patrocinios y colaboraciones como viajes, productos de lujo, procedimientos estéticos, comidas en restaurantes, visitas a spas, gimnasios exclusivos y experiencias a donde la soltería te permite acceder sin tantas complicaciones, o al menos eso es lo que se insinúa, experiencias que para una mujer en pareja podría ser una limitante debido a la toma de decisiones como viajes en pareja y ocasiones especiales, llevándonos a la economía del amor, un mercado fuertemente establecido que requiere muy poca promoción para subsistir.

Por otra parte se encuentra la “ economía de la soltería”, un mercado que ha estado en crecimiento y que a su vez ha perdido el estigma social. Cada vez es menos criticado viajar solo; los paquetes de experiencias, cruceros y promociones de hotel para solteros han aumentado, incluso algunas agencias en México se anuncian como especializadas en viajes para solteros.

A esto se le suma la aparición de productos en menor tamaño, a un mayor precio. Cualquier persona que haya vivido sola en algún momento sabe que si no quieres acabar tirando la mitad de tu refrigerador, más vale no comprar algunas cosan, una oportunidad que vio el mercado de la comida, adaptando la dinámica a lo que Lévi-Strauss señala como “el cambio de una estructura a otra, para llamarla progreso”. Así se reconfigura la economía bajo las leyes del mercado de la demanda actual, puesto que los solteros no se molestan en pagar más dinero por un producto más pequeño, mientras este se adecue a sus necesidades, produciendo productos “individuales” con un costo más elevado, lo que les genera mayores ganancias, convirtiendo la comida en una nueva estructura económica adaptada al progreso fuera de estructuras arcaicas como la vida en pareja.

Además de esto, con el paso de los años se ha polarizado el discurso entre los sexos, los hombres se han vuelto el familiar incomodo en la sociedad, los enemigos, los indeseables, pero ¿es realmente el enemigo?, o ¿solamente forma parte de una estructura que ya no se reconoce en la sociedad?, Octavio Paz menciona que la mujer pasó de ser el otro complemento del hombre a ser el otro absoluto, esto quiere decir que la mujer ganó autonomía e independencia, con ello, la vida en pareja se ha entendido como una estructura obsoleta, el matrimonio ya no es la única opción para las mujeres o una alternativa de escala social. No obstante, convendría cuestionar la forma en que la mujer se ha liberado de la pareja para sumarla a las filas del trabajo y a rutinas de autocuidado que rayan en la exageración, convirtiendo la soltería en lo que Lévi-Strauss refiere como el mito, aquello que no puede decirse y se refiere en otro lenguaje, con ello, la soltería llena de autocuidado, placeres y consumo, suple al mito del amor romántico, pero en un sentido egocentrista.

Nos queda cuestionarnos si la soltería es una tendencia que tanto revistas de moda con una voz de supuesta autoridad nos han dicho que debemos adoptar, si es un discurso que estamos replicando o una forma enajenada de pensamiento que han causado las redes y su constante influencia para acercarnos a consumir los productos y servicios que la economía de la soltería requiere para su funcionamiento, aquello que Lévi Strauss nombra como el funcionamiento de las estructuras sin entendimiento del hombre y que de hecho, estas se mantiene de pie porque los hombres no las comprenden pero las replican, es decir, a las dinámicas sociales femeninas se le suma la presión de compartir el mismo punto de vista sin importar de donde venga siempre y cuando sea la tendencia. Esto abre la puerta a si estamos tomando la decisión consciente de no tener pareja o si estamos dentro de la estructura capitalista mediada por el mercado del deseo y expuesta por revistas, influencers y las redes sociales.

Así, retomo a Octavio Paz con la satisfacción parcial de placer, en donde la promesa capitalista de la autosuficiencia solo es un placebo del consumo, puesto que la satisfacción completa es imposible, pero se reconfigura hacia la economía de la soltería, además se suma el sentimiento de culpa de la cultura perfeccionista que propone Freud, añadiendo a las mujeres una presión de perfección en la decisión de pareja, de ser adecuada, o de lo contrario produce su propio tipo de culpa, una nueva moral del yo al que se debe aspirar y por lo tanto, la vergüenza de compartir tu vida con un hombre inadecuado que lleva a elegir la soltería sobre una pareja errónea.

Cabe aclarar que esta columna no defiende ni ataca a nadie, de hecho hace la invitación a una autorreflexión sobre qué papel juega el entorno en nuestras decisiones, en este caso, las de pareja, ¿estamos cediendo a la presión de factores externo?, ¿estamos influenciados? o ¿la soltería es realmente una decisión que tomamos desde la conciencia?

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